Miércoles, 2 de noviembre de 2011 por paco | Categoría: Restaurantes
Como homenaje a la cocina vasca, que se hacía en este restaurante con una gran andadura en nuestra ciudad, ofrece un trato exquisito para los pescados y una gran calidad en la materia prima.
El servicio de sala, a cargo de Rubén Timonel, es atento y profesional.
El local está bastante cambiado. Predominan los colores claros y la luz. Mesas bien vestidas y con separación adecuada. La música ambiental (jazz, bossa nova…) agradable y con volumen adecuado.
Mientras decidíamos, tomamos un snack vasco-mediterráneo: guindillas y aceitunas.
Los panes: blanco, rústico de cereales y de pipas. Todos de elaboración propia.
Como aperitivo nos sirvieron primero un bacalao con trompeta violeta y brotes de col, aderezado con sal de Hawai. Muy sabroso, equilibrado y con buenos contrastes.
Y como segundo aperitivo, rabo de toro con canela, puré de calabaza y sus pipas y hojas de mostaza. Muy jugoso.
Nos dejamos aconsejar por el chef para el resto del menú.
Como primera entrada unas alcachofas en kimpira, tomate natural y aromas del mediterráneo. Un plato excepcional.
Para acompañar los siguientes platos pedimos un Chablis de La Chablisienne. Un vino muy bien estructurado, mineral y con complejidad aromática.
Después vinieron unos chipirones en su tinta con chistorra. Armonía en la combinación, en apariencia sorprendente, los calamares muy tiernos.
A continuación un foie asado acompañado de confitura de liliáceas, fantástica y de elaboración propia, caramelo de naranja y sal roja de Hawai. Un gran plato.
Para acompañar el foie, Luis nos sugirió un Tokajï de 5 puttonyos: Chateau Dereszla, sensacional.
Seguimos con un mero con salsa de algas y puré de almendras saladas. El pescado muy fresco y en su punto de elaboración.
Los pescados, también por recomendación de Luis Puchades, los tomamos con un Champagne: Laurent-Perrier. Boca muy limpia después de beberlo. Muy buena elección, una combinación perfecta.
Por último tomamos un rape con espinacas, fumet de carabineros y aroma de trufa. Un plato de excelente elaboración.
De postre, bizcocho meloso de dátiles, crema de chocolate blanco y helado de avellanas. Natural, confeccionado sin harinas ni azúcares añadidos. Fue un buen broche final.
Hay buenas noticias para los aficionados a la gastronomía en Valencia. El restaurante Eguzki ha iniciado, hace apenas un mes, una nueva etapa. Está ubicado en la Avenida Baleraes número 1. Teléfono 962 065 232.
Luis Puchades es el responsable de la cocina. Este chef, con apenas tres años como profesional en la restauración, tiene una gran experiencia en el mundo de la moda y la nutrición. Este bagaje se manifiesta claramente en sus platos. Todos los elementos empleados en su confección son de elaboración propia a partir de productos naturales, sin conservantes ni azúcares añadidos. Para la confección de la carta, ha tenido en cuenta las virtudes de algunas de las escuelas más saludables como la macrobiótica, vegana, ayurveda… Y el resultado es una carta variada, una cocina natural, sabrosa y ligera, en la que las carnes, los arroces y los pescados ocupan también un lugar privilegiado.Como homenaje a la cocina vasca, que se hacía en este restaurante con una gran andadura en nuestra ciudad, ofrece un trato exquisito para los pescados y una gran calidad en la materia prima.
El servicio de sala, a cargo de Rubén Timonel, es atento y profesional.
El local está bastante cambiado. Predominan los colores claros y la luz. Mesas bien vestidas y con separación adecuada. La música ambiental (jazz, bossa nova…) agradable y con volumen adecuado.
Mientras decidíamos, tomamos un snack vasco-mediterráneo: guindillas y aceitunas.
Los panes: blanco, rústico de cereales y de pipas. Todos de elaboración propia.
Como aperitivo nos sirvieron primero un bacalao con trompeta violeta y brotes de col, aderezado con sal de Hawai. Muy sabroso, equilibrado y con buenos contrastes.
Y como segundo aperitivo, rabo de toro con canela, puré de calabaza y sus pipas y hojas de mostaza. Muy jugoso.
Nos dejamos aconsejar por el chef para el resto del menú.
Como primera entrada unas alcachofas en kimpira, tomate natural y aromas del mediterráneo. Un plato excepcional.
Para acompañar los siguientes platos pedimos un Chablis de La Chablisienne. Un vino muy bien estructurado, mineral y con complejidad aromática.
Después vinieron unos chipirones en su tinta con chistorra. Armonía en la combinación, en apariencia sorprendente, los calamares muy tiernos.
A continuación un foie asado acompañado de confitura de liliáceas, fantástica y de elaboración propia, caramelo de naranja y sal roja de Hawai. Un gran plato.
Para acompañar el foie, Luis nos sugirió un Tokajï de 5 puttonyos: Chateau Dereszla, sensacional.
Seguimos con un mero con salsa de algas y puré de almendras saladas. El pescado muy fresco y en su punto de elaboración.
Los pescados, también por recomendación de Luis Puchades, los tomamos con un Champagne: Laurent-Perrier. Boca muy limpia después de beberlo. Muy buena elección, una combinación perfecta.
Por último tomamos un rape con espinacas, fumet de carabineros y aroma de trufa. Un plato de excelente elaboración.
De postre, bizcocho meloso de dátiles, crema de chocolate blanco y helado de avellanas. Natural, confeccionado sin harinas ni azúcares añadidos. Fue un buen broche final.